El Dragon Ball FighterZ National Championship es el campeonato invitacional 1 contra 1 por país. Para la primera edición, hemos elegido 5 campeonatos en los siguientes países: Francia, España, Japón y las costas este y oeste de EE. UU. Todos los torneos se emitirán en directo en Twitch y en el canal de e-sports de BANDAI NAMCO en YouTube. ¡Descubre todas las novedades sobre los juegos de Dragon Ball aquí!
Durante este torneo, verás a los campeones del pasado Dragon Ball FighterZ World Tour 2018-2019 y a otros jugadores que han tenido mucho éxito en sus torneos nacionales.
¡Hoy nos centramos en Japón!
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Japón siempre ha sido conocida como la Tierra Santa de los videojuegos. El país nos ha traído los grandes nombres y personajes que amamos. Como era de esperar, para el grueso de la comunidad de juegos de lucha también era el campo de las batallas más duras del mundo. Pero ¿qué hay de los propios jugadores japoneses? Para ellos era su hogar. La cultura de los juegos de lucha nació en la época de los recreativos, los primeros lugares donde todos podíamos jugar a videojuegos. Eran muy populares en Japón y de fácil acceso, además de una especie de terreno neutral donde todo era posible. Eso significaba que los niños podían ir a divertirse con sus amigos tras salir del colegio y, horas después, los salarymen enfadados lanzaban ceniceros a diestro y siniestro al caer la noche. Y, con el crecimiento imparable del género, lugares como Taito Game Stations y Club Sega encontraron un nuevo propósito. Algunos recreativos, como el Mikado de Tokio, de gestión privada, empezaron a especializarse en juegos de lucha y a organizar torneos para determinar qué jugador era el mejor. Y, luego, qué equipo lo era. Y qué región. Y qué ciudad.
Gracias a la mentalidad emprendedora de Japón, la cultura de los juegos de lucha se convirtió en toda una bestia en sí misma. Evidentemente, los mismos desarrolladores organizaban eventos. Pero había grandes competiciones, como la Tougeki, u otras más pequeñas, como la Nagoya Street Battle, que nacían con regularidad desde dentro de la misma comunidad. En lugar de guardarse cualquier hallazgo para sorprender a sus rivales, como era habitual en occidente, los jugadores japoneses compartían sus conocimientos libremente con los demás. En Japón, los intereses de la comunidad siempre van primero. Lo que muchos occidentales veían como una debilidad siempre ha sido su mayor fortaleza: incluso antes de internet, Japón estaba a la cabeza en información. Gracias a una cornucopia de torneos y a que compartían las técnicas sin tapujos, sus jugadores eran los que más entrenaban y los más versados del mundo. Algunos incluso se convirtieron en leyendas a las que llamaron los «cinco dioses de los juegos de lucha». Hoy aún se conocen y respetan sus nombres: Daigo, Tokido, Sako, Haitani y Nuki.
De Japón al mundo
Hoy en día, los videojuegos han evolucionado hasta convertirse en una especie de práctica orientada a internet. Aunque sucedió más tarde que en otras partes del mundo, los recreativos japoneses también empezaron a morir. Pero los juegos de lucha son una parte esencial de la cultura de los videojuegos en Japón, por lo que la muerte no era una opción. Los decanos de la comunidad ocuparon puestos de gestión para crear una nueva escena. Los centros de e-sports comenzaron a reemplazar a los recreativos, distintas marcas se interesaron en organizar eventos propios y los jugadores siguieron quedando en sus casas para practicar una y otra vez. Siguiendo la tendencia mundial, aunque algo más tarde, incluso empezaron a retransmitir en plataformas como Twitch y en otras focalizadas en Japón.
Fue entonces cuando Dragon Ball FighterZ salió al mercado japonés. Qué momento más oportuno: la nueva era mundial de los juegos de lucha recibió, de repente, un título de la serie de anime más famosa de todas. Pero, aunque Japón llegó tarde a la fiesta en lo que respecta a internet como parte de la cultura de los videojuegos, el país pasó a ser de alguna forma un líder de los e-sports. El gobierno japonés, que tenía las Olimpiadas en mente, comenzó a regular los videojuegos competitivos y los jugadores empezaron a adquirir licencias para poder entrenar con videojuegos como un deporte normal. Aunque este movimiento tuviera un inicio turbulento y aún necesite progresar en la esfera política, su objetivo es realmente encomiable: facilitar que los jugadores japoneses viajen por el mundo y representen a su país con su talento.
Pero no te creas que han abandonado las clasificaciones nacionales. En Japón, cada semana, Jiyuna y el equipo de ANIMEILLUMINATI organizan nuevas clasificaciones en la Red Bull Sphere de Tokio, conocidas como Fighting Tuesdays. Aquí pueden luchar y mejorar sus habilidades los mejores jugadores y los recién llegados. Pero, sobre todo, la comunidad mundial tiene acceso a todo: Jiyuna se labró un nombre como una de las mejores fuentes de la perspectiva japonesa en juegos de lucha y se nota. Los comentarios sobre noticias, las entrevistas y los jugadores internacionales que se unen a menudo a los enfrentamientos han pasado a ser una parte fundamental de la experiencia hasta ahora. Y, con esa experiencia, la nueva ola marcó la llegada de una mentalidad internacional para la comunidad de juegos de lucha japonesa.
Todo lo que queda es disfrutar de los mejores jugadores que Japón tiene para ofrecer, que no son pocos. Pero ¿cuál es la particularidad de Dragon Ball FighterZ? La creación de una plataforma internacional para jugadores que estaban más acostumbrados a los juegos recreativos y, por tanto, japoneses. Así fue como Goichi «CO1» Kishida, conocido ya en el mundillo como el «rey de los juegos pobres», ha podido adquirir la fama que se merecía desde hace mucho. Shoji «Fenritti» Sho, conocido también en los mismos círculos que GO1, es ahora el jugador al que todo el mundo imita, ya que es el maestro del Toque de la muerte (un combo que puede matar a un personaje aprovechando una abertura). Sus combos no tienen rival. BNBBN, Maddo, B… Todos han surgido de la escena de juegos de lucha anime y, por fin, han podido expresarse en un escenario mundial gracias a Dragon Ball FighterZ. También ha comenzado a aparecer en escena una nueva generación: no se puede pasar por alto el talento de Toru «Tachikawa» Tachikawa (y tampoco su amor por los simuladores de citas).
© STEPHANIE «VEXANIE» LINDGREN
