Claudio Serafino, líder de Los Tiradores de Sirius, un grupo de exorcistas que se habían dedicado a la expulsión del mal en muchas de sus formas desde tiempos inmemorables, era uno de los más poderosos de la organización.
Tras enterarse por Heihachi Mishima seis meses antes de lo ocurrido con Jin Kazama y Kazuya Mishima y del dominio que poseen del gen diabólico, Claudio optó por cooperar con Heihachi a pesar de encontrarse con una fuerte oposición dentro de su propia organización.
Claudio también supo de la existencia de Ling Xiaoyu, que estaba buscando a Jin. Decidió acercarse a ella con el propósito de utilizarla como parte de su misión para localizar a Jin y derrotarlo.
Nacido en el seno de la casa de la «llama azul purificadora», Claudio se enorgullecía de su linaje y estaba dispuesto a vencer al gen a cualquier precio.
No obstante, debido a un incidente que supuso que Heihachi lo traicionara, Claudio perdió toda su credibilidad y puso término a su alianza de cooperación.
Muchos de los miembros de la organización desertaron para salvarse, lo que causó en Claudio un gran malestar. En esos difíciles momentos, la inquebrantable confianza de Xiaoyu en Jin Kazama dejó una profunda imprenta en él.
Claudio, avergonzado por lo que había hecho hasta ese momento, se lo confesó todo a Xiaoyu, se disculpó y prometió ayudarla en su misión de encontrar a Jin.
Eso sí, en el caso de que Jin sucumbiera a la influencia del gen diabólico y traicionara a Xiaoyu, a Claudio no le temblaría el pulso para hacer lo necesario…
Con la determinación de hacer lo correcto, Claudio liberó uno de los sellos de su brazo derecho. Se trataba de las técnicas del exorcismo prohibido por quienes lo habían precedido, puesto que el poder de este sello consume la fuerza vital de su practicante.
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