TANNER: Y ¿a quién le dio más problemas el casco? ¿Quién se chocaba con todo? Creo que al principio, cuando te lo pones por primera vez y estás hablando con alguien, estás todo el rato: «¡Ay, lo siento!».
ASHLEY: Creo que lo más raro es que, bueno, al actuar lo interesante es que normalmente hay una conexión entre los dos, y obviamente tienes que vivir en el momento. Y por eso creo que ha sido duro, porque tienes que aprender a no tocar al otro. En las escenas de beso no hay beso. Hay mucha separación, que es lo opuesto de lo que aprendes al actuar. Así que es algo que nos ha hecho estar en plan: «¿Cómo lo hacemos?». Pero ahora estamos tan acostumbrados que directamente entramos en faena. Y, probablemente, alguien que no haya visto nunca cómo se hace se preguntará: «¿Esto qué es?».
TANNER: ¡Genial! Ahora me gustaría hacerte un par de preguntas rápidas. ¿Estás preparada? Vale, pues...
ASHLEY: ¡Preparada!
TANNER: ¿Irías a explorar sola o en grupo?
ASHLEY: ¡Yo soy más de grupos!
TANNER: Creo que siempre caen en la trampa de «vamos a dividirnos, cada uno por su lado».
ASHLEY: ¡Lo sé! A mí me gusta ir a mi aire pero, si voy a explorar, soy la clase de persona que va en plan: «¡Oh, Dios mío! ¿Estoy sola? ¡Oh, Dios mío! ¿Dónde está...? Ya sabes, ¿dónde está la gente?». Es como que, no sé, ¡tengo que estar en grupo!
TANNER: Vale, es lo más inteligente.
ASHLEY: ¡Sí!
TANNER: ¿Te enfrentarías al monstruo o huirías?
ASHLEY: ¡Personalmente, probablemente huiría porque soy de esas personas que tienen estrategias de huida! Estaría en plan: «Vale, me enfrento a algo que da mucho miedo, ¡voy a encontrar la salida!».
TANNER: ¡Sí, esa suele ser la mejor opción!
ASHLEY: ¡Sí!
TANNER: Crees que puedes con ello y, al final...., nunca acaba bien.
ASHLEY: ¡Lo sé! Quiero decir, a veces tengo pesadillas donde intento derrotar al malo, pero entonces todo va a cámara lenta y no lo haces bien, y pienso: «¡Ah, mal asunto!».
TANNER: Sí, quiero decir, probablemente lo habrás aprendido de este mismo juego, que a veces es mejor huir.
ASHLEY: ¡Sí!
TANNER: Nunca sale tan bien como tú te crees.
ASHLEY: ¡No!
TANNER: ¿Qué me dices, terror o musical?
ASHLEY: Diría musical, sí.
TANNER: ¿Da menos miedo?
ASHLEY: ¡Es algo más ligero!
TANNER: Aunque creo que los musicales tienen su propio toque terrorífico.
ASHLEY: ¡A mí no me lo parece!
TANNER: ¿No? Bueno, es que yo no puedo cantar delante de gente, para mí es...
ASHLEY: ¡No!
TANNER: ... lo más aterrador.
ASHLEY: ¡Sería terrorífico, sí!
TANNER: Creo que preferiría enfrentarme a un monstruo que cantar delante de gente.
ASHLEY: ¡Yo soy cantante, así que no me asusta!
TANNER: Vale. Ahora, piensa en esta situación, imagínate que la estás viviendo de verdad. ¿Cómo crees que te iría? ¿Crees que estarías bien?
ASHLEY: ¡Probablemente caería de las primeras!
TANNER: ¿En serio?
ASHLEY: ¡Sí!
TANNER: Estarías en plan: «¡No, no pienso entrar ahí!».
ASHLEY: En plan, «¡Nop!». ¡Es una locura! Es un juego lleno de acción y terror. ¡Es mucha tela! Y creo que, para mí, pensaría: «Uf, ¡esto es demasiado!».
TANNER: Bueno, ahora que te tienen en el juego ¡te pueden poner donde quieran!
ASHLEY: Es verdad. ¡Estoy muy emocionada porque nunca había podido interpretar algo así!
TANNER: Sí, ¡eso es genial! Estupendo. ¡Guay! ¡Muchas gracias por venir, Ashley!
ASHLEY: ¡Gracias!
